“La mayoría de los fallos (de los fracasos) de la farmacoterapia se pueden atribuir a una mala utilización de los medicamentos por parte de los pacientes. La solución para este importante problema es la implantación de la Atención Farmacéutica”
El tratamiento de una enfermedad comienza después de que el médico haya hecho un diagnóstico y con esta información indica un tratamiento para curarla y / o aliviar los síntomas. La mayor parte de las veces este tratamiento es farmacológico, es decir, con medicamentos. Pero hay veces que a pesar de que el diagnóstico, la prescripción de la medicación, la posología y la dispensación son correctos este tratamiento farmacológico falla y no se consiguen los objetivos previstos. Esto es debido a que en estas ocasiones los medicamentos no se utilizan o actúan correctamente. Las causas pueden ser diversas: Dosis inferior o superior a la necesaria para un paciente, reacciones adversas o interacciones con otros medicamentos, tomar más de los necesarios (auto medicación) y el más frecuente y que representa el 50% de los casos, el incumplimiento de la pauta del tratamiento farmacológico. Sin duda, la mejor solución es un control de los tratamientos farmacológicos en los pacientes realizado por un profesional sanitario.
Con la Atención Farmacéutica se realiza el seguimiento farmacológico del paciente con dos objetivos:
1. Responsabilizarse con el paciente que el medicamento hará el efecto deseado por el médico que lo prescribió.
2. Vigilar que durante el tratamiento no aparezcan o haya las mínimas complicaciones, y si aparecen resolverlos entre los dos o con ayuda de su médico.